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ESTUDIO BIBLICO

Clase 4 | (1 Ts.1) Agradecimiento a Dios por la iglesia en Tesalónica

(1 Tesalonicenses 1:1-10). En este primer capítulo Pablo saluda a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo, agradeciendo a Dios por haberlos elegido para salvación, por medio de la fe en la verdad y la santificación en el Espíritu; y que por la gracia de Dios, se convirtieron en ejemplos vivientes del poder transformador de Dios en "Macedonia, Acaya y en todo lugar".

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Unidades de esta clase:
1
2
3
4
5
6

1) Sagradas Escrituras

En esta sección estudiaremos el siguiente texto bíblico.

1 Tesalonicenses 1:2-4

Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oracionessin cesar acordándonos delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, y del trabajo de amor, y de la tolerancia de la esperanza del Señor nuestro Jesucristo: Sabiendo, hermanos amados de Dios, vuestra elección.

2) Palabras importantes

En esta sección, veremos las palabras en griego más relevantes.

2.1. Damos Gracias (eucharisteó)

Son dos palabras griegas en una: "eú" (bueno) y "xaris" (gracia). Está afirmando o reconociendo que "la gracia de Dios es buena y obra el bien"; es decir, tanto para "nuestra ganancia eterna", como para "la gloria de Dios". Literalmente significa, "agradecido por la buena gracia de Dios (porque obra el bien en todos)".

Dijo Jesús:
La buena gracia de Dios, salva...

CCierto hombre prominente le preguntó a Jesús: 'Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?' Jesús le respondió: '¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo uno, Dios' (Su Gracia). (Lucas 18:18-19).

2.2. Haciendo (poieó)

En griego significa "ser el autor de una cosa", es decir, "el que causa o produce una acción". Esta palabra en contexto con el versículo ("haciendo memoria"), es muy significativa, porque como el verbo está escrito en "voz media", significa que la acción de "recordar", es producida en conjunto entre el Espíritu Santo de Dios y el apóstol Pablo.

¡Si lo meditas por un instante, es una imagen maravillosa!

¿Sabías que...?
Las Escrituras utilizan los verbos en voz activa, media y pasiva...

En cualquier idioma, las voces gramaticales son sumamente importantes, porque definen que, quien o quienes realizan una determinada acción.

  • Voz activa, significa que la persona u objeto es quien realiza la acción.
  • Voz pasiva, significa que la persona u objeto está experimentando una acción.
  • Voz media, significa que la persona u objeto realiza y experimenta la acción.

Si al leer la palabra de Dios, tienes en cuenta la voz gramatical, se abrirá frente a ti un mundo totalmente nuevo y maravilloso en cuanto a la comprensión del texto.

Te recomendamos que hagas un estudio exhaustivo de estas tres voces gramaticales, porque de ello depende tu buen entendimiento de las Escrituras.

2.3. Oraciones (proseuché)

Está compuesta por dos palabras griegas, "pros" (hacia, intercambio) y "euxe" (un deseo, oración). Literalmente significa "intercambio de deseos". ¿No es genial?

Esta es la razón por la cual Jesús, cuando enseñó a sus discípulos a orar, les explicó que las repeticiones no serán oídas.

Al estar repitiendo una y otra vez las mismas palabras, no sería un diálogo con Dios, sino un monólogo insportable, aún para el mismo Padre (Mateo 6:5-8; Lucas 11:1-12).

Dijo Jesús:
¡No oren repitiendo lo mismo!

Yal orar, no digan repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería. Por tanto, no se hagan semejantes a ellos; porque su Padre sabe lo que necesitan antes que ustedes lo pidan. (Mateo 6:7-8).

Según el griego, la oración es un diálogo con Dios, en el cual se produce un intercambio de palabras, deseos o pensamientos del hombre hacia Dios y de Dios hacia el hombre (Job 42:4-6).

Cuando el hombre cierra la puerta de su habitación y ora en su intimidad, Dios escucha, pero también se expresa, no solo como Dios, sino como Padre, tal como Jesús enseñó.

Significa que hay momentos para hablar y otros para estar en silencio, a fin de escuchar lo que el Padre tiene para decir al respecto.

¡Escrito está!
¡Cuando escuchamos a Dios, recibimos fe!

'Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Dios' (Cristo). (Romanos 10:17).

Cuando Dios expresa su voluntad, es decir, sus palabras, pensamientos o deseos, decimos que "oímos su voz", lo cual produce en nosotros la fe de que algo va a acontecer, si es que va acompañada de obediencia de nuestra parte.

Dios puede aprobar, corregir, negar o comunicar algo totalmente nuevo como respuesta a nuestra oración, por eso es correcto decir que, además de recibir fe, la oración transforma. Pablo decía "oren sin cesar" (1 Tesalonicenses 5:17).

¿Sabías que...?
¡Oír a Dios, produce fe, pero sin obediencia, se desvanece todo!

Si oras a Dios, escuchas su voz y tienes fe como resultado de oír su palabra, pero no obedeces, es decir, no actúas (obras) en consecuencia, tu bendición se desvanece como la espuma de una ola. Santiago, el hermano del Señor, dijo: 'Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta.' (Santiago 2:17).

2.4. Sin cesar (adialeiptós)

Esta palabra griega, es un adverbio derivado de "a" (no), "diá" (mediante), y "leípo" (dejar), y significa literalmente "no queda nada en medio", es decir, no hay ningún intervalo de tiempo innecesario entre una acción y la otra (en este caso, entre una oración y la otra).

Comunica la idea de algo que se hace constantemente, sin falta, en el momento apropiado.

No es algo que se hace sin parar, sino tan frecuentemente como sea necesario.

En otras palabras, es una acción más semejante a una tos regular persistente, que al latido ininterrumpido del corazón.

2.5. Obra (ergon)

En griego, significa "trabajar, lograr algo", es decir, un trabajo o trabajador que logra algo. La obra ("trabajo") es un hecho (o acción) que satisface (realiza) un deseo interno (intención, propósito).

Cuando el apóstol escribe "la obra de vuestra fe", está comunicando "la acción que se realiza para satisfacer el propósito interno que produce la fe en Cristo".

Esto demuestra, que la verdadera fe bíblica, produce indefectiblemente un deseo interno que, para satisfacerlo, necesita realizar una acción.

De ahí que "la fe sin obras (acción) está muerta". (Santiago 2:17).

2.6. Fe (pistis)

Esta palabra tiene una dimensión descomunal, porque es fruto del Espíritu (Gálatas 5:22).

Explicar qué es la fe, es sencillo y complejo al mismo tiempo.

En primer lugar, veamos lo que esta palabra "pistis" significa en griego: "Ser persuadido, hasta el punto de confiar (plenamente)". El énfasis está en la palabra "persuadir", que significa: "inducir o convencer a una persona en creer o hacer algo".

Por ejemplo, supongamos que conoces a alguien en la escuela, o en la universidad, etc., que te cae muy bien, y te enteras que pronto será su cumpleaños, y te encantaría poder asistir a la fiesta que hará en su casa, y para ello, necesitas una invitación.

Tú no puedes "autocreerte", que te invitó. No puedes generar esa invitación por ti mismo, eso es imposible, además de ridículo. Si lo haces, y vas a la fiesta sin ser invitado, él podría decirte, por ejemplo: "Hey, lo siento, yo no te invité, esta es una fiesta que hago sólo para mi familia y amigos íntimos".

Ahora bien, supongamos que vas caminando hacia tu casa, y te encuentras casualmente con esta persona, y te dice: "Hey, qué bueno que te encontré, estaba por llamarte, tal día es mi cumpleaños, y quiero invitarte a festejar mi cumple con mi familia y amigos".

¡Uau, recibiste una invitación! Esto significa que tienes una palabra dada por el anfitrión de la fiesta, que garantiza absolutamente tu participación.

Ahora tienes la seguridad (estás persuadido) de poder asistir sin temor a que te cierren la puerta, porque fuiste invitado por el cumpleañero en persona. ¡Tienes su palabra!

Si ahora alguien te pregunta: "¿Vas a asistir a la fiesta?", tu respuesta será: "¡Sí!", sin dudar, porque tienes la seguridad de haber oído su voz cuando te invitó. Eso es fe.

Lo mismo sucede con Dios. Las Escrituras dicen:

"La fe viene por el oír, y el oír, por la palabra de Dios (Cristo)". (Romanos 10:17).

La fe es algo que recibes únicamente cuando Dios te habla, no antes.

¿Sabías que...?
Cuando Satanás tentó a Jesús para convertir unas piedras en pan, el Señor le dijo que la fe para hacer ese milagro, solo viene de oír la palabra de Dios.

Y acercándose el tentador, le dijo: 'Si eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en pan'. Pero Jesús le respondió: 'Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios'. (Mateo 4:4).

Aquí el maestro utiliza el sustantivo griego 'rhéma' (palabra), que significa 'la palabra hablada de Dios' (es decir, el sonido o la revelación que permite oír o entender la voz de Dios sobre un asunto en particular).

La palabra hablada (rhéma), es lo que produce la fe ('pistis') para realizar cualquier milagro, incluyendo 'ordenar a un monte que se mueva a otro lugar'. (Mateo 17:20).

Es muy triste que en ciertos círculos que se auto perciben como cristianos, enseñan que "todo es cuestión de fe", y que si crees en algo con suficiente fuerza de convicción, lo que creas va a suceder. ¿En serio?

Esta enseñanza no sólo es antibíblica, es además una falsa doctrina enseñada por falsos maestros que no conocen a Dios, ni el sonido de Su voz, ni jamás han experimentado la verdadera fe que viene de oír la palabra de Dios.

Y como estos falsos ministros están enseñando desde su naturaleza humana (por no decir en la carne), están confundiendo "fe" con "creencia", lo cual no es lo mismo, y en el proceso, desvían de la verdadera fe bíblica al pueblo de Dios que, sin discernimiento, los escuchan de buen ánimo.

La fe es el resultado de un acto sobrenatural de Dios, y sucede cuando escuchas su voz (el hecho de que Dios te hable, es por naturaleza algo sobrenatural). Una vez que oyes la voz de Dios, tienes "la fe que mueve montañas", simplemente porque lo dijo Dios, "el anfitrión y dueño de la fiesta".

Ahora bien, tener fe, es la mitad del proceso, la otra mitad depende de tí, porque tu responsabilidad como creyente es "creer o confiar en lo que Dios dijo" contra viento y marea, de la misma forma en que en nuestra historia ficticia, el invitado cree y confía en la invitación dada por su amigo.

¿Sabías que...?
La voz de Dios la escuchas leyendo Su palabra y en íntima oración con Él.

Leyendo su palabra y orando en íntima comunión con el Señor, escucharás su voz y tendrás fe, la misma fe bíblica que vence al mundo, tal como Jesús enseñó a sus discípulos (Mateo 17: 19-21, Juan 16:33, 1 Juan 5:4-5).

Nota que leer su palabra y orar es una unidad, no es hacer una u otra, sino ambas.

En la antigüedad secular, la palabra 'fe' (pistis) se refería a una garantía (seguridad). En las Escrituras, la fe es la garantía de Dios, que certifica que la revelación que Él dio en su Palabra, se cumplirá.

Su palabra es lo que garantiza el cumplimiento de la revelación que Él da a luz dentro del creyente receptivo que oye su voz y por lo tanto recibe fe en la forma de una garantía, certeza o convicción. (Heb 11: 1).

RECUERDA: La fe va más allá de una creencia humana, porque es de origen sobrenatural. Fe (pistis) siempre se recibe de Dios y nunca la generamos nosotros.

2.7. Trabajo (kopos)

En griego significa "golpear, pegar". Comunica la idea de "dar un golpe que es tan fuerte, que debilita o modifica seriamente (aquello que fue golpeado)".

En sentido figurado, se refiere a una "fatiga profunda", es decir, "el cansancio extremo que se siente al realizar un trabajo demasiado fatigoso o al límite de las fuerzas".

El contexto en que el apóstol utiliza esta palabra, es sorprendente: "el trabajo (kopos), de amor". Es como decir, "ustedes aman hasta el cansancio, y más allá". ¡Uau!

¿Imaginas amar así al prójimo hasta llegar al límite de tus fuerzas? Pablo discierne esta clase de amor en el Espíritu de los creyentes de Tesalónica. ¡Impresionante!

2.8. Amor (Agapé)

En el Nuevo Testamento, esta palabra griega significa "amor que se centra en la preferencia moral" (de Dios).

En el griego antiguo secular, la palabra "agapé" comunicaba la idea de "centrarse en una preferencia", así como la forma verbal griega antigua "agapáo" (que veremos más adelante), significaba "preferir".

El apóstol usa este lenguaje secular en las Escrituras para referirse al amor de Dios, es decir, lo que Dios prefiere, que es siempre todo lo que es bueno, santo y justo.

Esta es una palabra fundamental en las Escrituras, porque es fruto del Espíritu (Gálatas 5:22) y Pablo enseña que el amor es eterno, nunca dejará de ser (1 Corintios 13:8).

¿Sabías que...?
Amar a Jesús, es centrar nuestra preferencia en Él.

Jesús enseñó a sus discípulos, diciendo: 'Si me aman (es decir, si me prefieren a mí, más que a cualquier otra cosa en el mundo), guarden (demuéstrenlo guardando) mis mandamientos' (Juan 14:15).

Cuando Jesús le preguntó a Pedro si 'lo amaba más que estos', quería saber si 'su preferencia estaba centrada en Él, más que los otros discípulos'. ¡Si me amas (si tu preferencia está centrada en mí), pastorea mis ovejas! (Juan 21:15).

Cuando Jesús dijo 'Nadie tiene mayor amor que este, que uno da su vida por sus amigos', estaba diciendo 'Mi preferencia está centrada en ustedes, yo prefiero morir, para que ustedes vivan' (Juan 15:13). ¡Eso ES AMOR! ¡Dios ES AMOR!

2.9. Tolerancia (hupomoné)

Se compone de dos palabras griegas: "hypó", que significa "bajo" y "ménō", que significa "permanecer, soportar".

Literalmente, "permanecer bajo", es decir, "aguantar con firmeza", especialmente cuando el creyente debe "permanecer bajo presión", soportando con firmeza las circunstancias adversas que Dios permite en su vida.

2.10. Esperanza (elpis)

Esta palabra griega viene de "elpō", que significa "anticipar, esperar, bienvenida".

Comunica la idea de estar a la expectativa de aquello que es seguro; es decir, aquello que es cierto o que se tiene certeza de que va a suceder.

Algo que se espera con seguridad para darle la bienvenida (en cualquier momento).

¡Jesús es la razón de nuestra esperanza! (1 Pedro 3:15). ¡Su venida es segura!

2.11. Sabiendo (eidó)

Esta palabra griega, significa literamente "ver con los ojos físicos", es decir, "un conocimiento que viene de haber visto algo con sus propios ojos".

La visión física, es una ventana para captar la verdad espiritual desde una realidad humana, es decir, desde un plano físico. La palabra "eidó" expresa el "conocimiento que viene por observación".

Es decir, comunica la idea de "algo que se puede percibir mentalmente al observar algo". De ahí el dicho metafórico, cuando uno dice: "puedo ver (entender) lo que dices".

Dijo Jesús:
¡Ustedes son la luz del mundo, para que los hombres puedan ver!

Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; ni se enciende una lámpara y se pone debajo de una vasija, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Así brille su luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. (Mateo 5:14-16).

En contexto con el versículo, Pablo había "visto con sus ojos físicos" lo que Dios había hecho en los tesalonicenses, por eso "percibió" (sabía, conocía, discernía) que Dios los había santificado.

¡Dicho de otra manera, "la santificación de los tesalonicenses era visible"!

¿Sabías que...?
Cuando Jesús vio al joven, percibió que era un demonio (Mateo 17:18).

Cuando un hombre se arrodilló ante Jesús, pidiéndole ayuda por su hijo que era epiléptico, y a veces se lanzaba al fuego o al agua para lastimarse, Jesús vio con sus ojos físicos, y percibió en su mente y espíritu (discernimiento), que se trataba de un demonio, y lo reprendió. (Mateo 17:14-18).

2.12. Amados (agapaó)

Esta palabra griega, significa "preferir amar", y está íntimamente relacionada a la palabra "agapé", que vimos más arriba en esta unidad.

Desde el punto de vista del creyente, "amar a Cristo", comunica la idea de "preferir vivir por Cristo" (1 Juan 4:9-10). Es decir, prefiere abrazar la voluntad de Dios (centrar su preferencia en lo que Dios prefiere).

Dijo Jesús:
El que me ama (agapaó), guarda (obedece) mis mandamientos.

El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él. (Juan 14:21).

El creyente, al decidirse a amar la voluntad de Dios (lo que Dios prefiere), recibe por gracia el poder para guardar Sus mandamientos (por obediencia). La obediencia a la palabra de Dios, es la evidencia externa de que el creyente tiene verdadero amor (agapaó).

Desde el punto de vista de Dios, se refiere preeminentemente a lo que Dios prefiere, ya que Dios es amor (1 Juan 4:8-16). Es decir, es la preferencia de Dios de hacer siempre el bien (bendecir, santificar) a aquellos que le creen y le obedecen.

Cuando el apóstol dice en su carta, "porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección", está diciendo que Dios mostró su amor por ellos (su preferencia centrada en ellos), y lo manifestó externamente santificando a los tesalonicenses por elección (2 Tesalonicenses 2:13), para ser ejemplo de trasnformación sobrenatural en "Macedonia, Acaya y en todas partes" (1 Tesalonicenses 1:8).

¡Escrito está!
¡Los tesalonicenses fueron elegidos por Dios, como ejemplo de salvación!

Pero nosotros siempre damos gracias a Dios por ustedes, hermanos amados por el Señor, porque Dios los ha escogido desde el principio para salvación mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad. (2 Tesalonicenses 2:13).

¡Esta transformación sobrenatural en Cristo, está disponible aún hoy en día para todo aquél que se acerque con confianza ante el trono de la Gracia, con la misma disposición de los tesaonicenses! (Hebreos 4:16).

¿Habrá algo imposible para Dios? (Jeremías 32:27).

2.13. Elección (eklogé)

Son dos palabras griegas en una, "ek" (de y para) y "légō" (hablar hasta llegar a una conclusión). Literalmente, significa "elegir de y para un resultado determinado", es decir, comunica la idea de "selección divina".

De aquí viene la palabra teológica "elección".

Sobre la "teología" de la elección de Dios

Todos sabemos que la palabra "elección" (gr. eklogé) es causa de contienda entre algunas sectas religiosas, pero a decir verdad, nuestras opiniones no cuentan.

Las Escrituras son más que suficientes para esclarecer nuestras dudas personalmente, por lo que nos concentraremos en lo que está escrito.

El sustantivo, "eklogé" (selección divina), aparece 7 veces en el Nuevo Testamento.

Es interesante que el verbo raíz de esta palabra, eklégomai (seleccionar, elegir), que aparece 22 veces en el Nuevo Testamento, siempre está en voz media griega.

Esto significa que la elección –en este caso de los tesalonicenses–, fue el resultado de una combinación de la voluntad de Dios y la recepción (obediencia) de los creyentes a su palabra (Lee 1 Tesalonicenses 1:9, 2:13).

3) Comprensión del texto

En esta sección, desgranaremos el contenido del texto bíblico.

Si aún no lo has hecho, te recomendamos estudiar las palabras importantes en griego de estos versículos, así tu comprensión de las Escrituras será más profunda y significativa.

A) Pablo agradece a Dios por los tesalonicenses

"Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros..." (1 Ts. 1:2).

El apóstol comienza su carta contándole a los tesalonicenses, que él y su equipo misionero, le dan gracias a Dios permanentemente, por haberles concedido "su buena gracia, la cual ha obrado maravillosamente el bien" en cada uno de ellos.

Del texto griego escrito por Pablo, se desprende que "la gracia de Dios es una ganancia eterna", un "tesoro incorruptible" para la iglesia en Tesalónica; y también un "motivo de gran alegría que glorifica a Dios", porque "la gracia obra el bien en todos".

B) Los tesalonicenses son recordados ante Dios

"...haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones; sin cesar acordándonos delante del Dios y Padre nuestro..." (1 Ts. 1:2).

Seguidamente, el apóstol les revela algo sorprendente, que no se percibe a simple vista.

Cuando dice "haciendo memoria de ustedes en nuestras oraciones, sin cesar", significa que "el recuerdo de ellos surge constantemente en su conversación con Dios".

Aquí es muy importante notar, que la palabra "haciendo", está en voz media griega.

Es decir, a veces es Pablo quien los trae a memoria, y a veces es Dios mismo, como diciendo, "cuando hablo con Dios, siempre los recordamos juntos".

¡Uau! Esto nos presenta un cuadro maravilloso.

En primer lugar, Pablo deja entrever su relación única con Dios, quien es para él una persona real, que escucha y habla; y en segundo lugar, no solo Pablo, sino también Dios mismo, por medio de su Espíritu Santo, es quien trae a memoria la fe de los tesalonicenses, a fin de guiarlo a interceder por ellos... ¡juntos!

Entonces, vemos que la conversación (oración) con Dios, lleva a Pablo a agradecer y a interceder por los tesalonicenses al mismo tiempo.

¡Este es el principio de la verdadera intercesión espiritual!

Sobre la oración intercesora

La oración intercesora tiene el poder para cambiar cualquier situación, y solo ocurre cuando el hijo o la hija de Dios mantiene una relación íntima con su Padre celestial, por medio del Espíritu Santo.

La oración es un diálogo que consiste en hablar y escuchar. Ver "proseuché".

Jesús, en conversación íntima con el Padre, intercedió constantemente (sin cesar) por nosotros durante todo su ministerio; y aún estando clavado en la cruz, clamó intercediendo por sus enemigos, diciendo:

"Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lucas 23:34).

La gracia del perdón es una iniciativa del corazón de Dios, que surge mientras Jesús oraba al Padre sus últimas palabras, antes de finalizar a gran voz, diciendo: "¡Consumado es!" (Juan 19:30). ¡Amén!

¡Escrito está!
¡Dios estaba en Cristo, reconciliando consigo al mundo!

Y todo esto procede de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 

a saber, que Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando en cuenta a los hombres sus transgresiones, y nos ha encomendado a nosotros la palabra de la reconciliación.

Por tanto, somos embajadores de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros; en nombre de Cristo os rogamos: ¡Reconciliaos con Dios! 

Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en Él. (2 Corintios 5:18-21).

C) Pablo recuerda el resultado de la conversión de ellos

"...sin cesar acordándonos delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, y del trabajo de amor, y de la tolerancia de la esperanza del Señor nuestro Jesucristo." (1 Ts. 1:3).

Siguiendo la línea de pensamiento del texto bíblico que estamos estudiando, tanto Dios, como él y su equipo, recuerdan juntos, en oración incesante, tres virtudes en los tesalonicenses que evidencian la verdadera conversión a Cristo:

  1. La fe.
  2. El amor.
  3. La esperanza.

Nota que cada una de estas virtudes en el versículo, están precedidas por una acción:

  1. La obra > de vuestra fe.
  2. El trabajo > de amor.
  3. La tolerancia > de la esperanza.

Las acciones del creyente son el resutado de su compromiso con las virtudes de la fe, el amor y la esperanza recibidas por gracia, al momento de su conversión.

Nadie puede ver el interior de una persona, pero podemos "percibir" lo que hay en su corazón por medio de sus acciones, como por ejemplo, oyendo lo que dice, viendo lo que hace, observando cómo actúa, etc.

Es decir, sus acciones (externas) demuestran su conversión (interna). Como dijo Jesús: "De la abundancia del corazón habla la boca" (Lucas 6:45).

Pablo y sus compañeros vieron (percibieron) tres acciones en los tesalonicenses y ahora las están recordando en incesante oración intercesora delante de Dios.

Estas tres acciones, son:

  1. "La obra de la fe", es decir, la obra que se realiza como resultado de la fe. Pablo reconoce que los logros obtenidos por los tesalonicenses, tienen su origen en el propósito interno que produce la fe en Cristo; y todas sus obras (acciones), son impulsadas por el deseo de satisfacer ese propósito dado por Dios, a fin de agradarle. Los hechos de los tesalonicenses, son proporcionales a su obediencia a esa fe; y al ser una iglesia tan viva en su fe, deducimos también su impulso evangelístico de anunciar a Cristo y operar milagros en Su nombre.
¡Escrito está!
¡Fuimos creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras!

Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas (Efesios 2:10).

  1. "El trabajo de amor", es decir, el trabajo que se hace como resultado del amor. Pablo reconoce en los creyentes tesalonicenses el amor cristiano que demuestran hacia los demás. Literalmente, les está diciendo que "sus acciones por amor, demostradas en preferir el bien del prójimo antes que a ustedes mismos, son tantas, que llegan hasta el límite de sus fuerzas". Esto es consistente con lo que el apóstol les confiesa más adelante: "Pero en cuanto al amor fraternal, no tienen necesidad de que nadie les escriba" (1 Tesalonicenses 4:1).
¡Escrito está!
¡Los tesalonicenses practicaban el amor fraternal cristiano!

'Pero en cuanto al amor fraternal, no tienen necesidad de que nadie les escriba, porque ustedes mismos han sido enseñados por Dios a amarse unos a otros. Porque en verdad lo practican con todos los hermanos que están en toda Macedonia. Pero les instamos, hermanos, a que abunden en ello más y más' (1 Ts 4:9-10).

  1. "La tolerancia de la esperanza", es decir, la tolerancia (firmeza) que se obtiene como resultado de la esperanza. Pablo reconoce que los tesalonicenses podían permanecer bajo presión y soportar con firmeza las circunstancias adversas que padecían (por causa de las persecuciones), debido a la expectativa cierta que tenían de que en cualquier momento le estarían dando la bienvenida al Señor en su regreso. Esta convicción, mantenía a la iglesia firme, velando unida en santidad (Mateo 25:1-13; Hebreos 12:14).
¡Escrito está!
La santidad irreprensible es un requisito para participar del regreso del Señor

1 Tesalonicenses 3:13: 'A fin de que Él afirme sus corazones irreprensibles en santidad delante de nuestro Dios y Padre, en la venida de nuestro Señor Jesús con todos Sus santos'.

1 Tesalonicenses 5:23-24: 'Y que el mismo Dios de paz los santifique por completo; y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Aquél que los llama, el cual también lo hará'.

El Nuevo Testamento fue escrito como si Jesús regresara "ya": El Espíritu Santo inspiró a los autores sagrados a exhortar a la iglesia como si el Señor fuera a regresar en cualquier momento; y aunque pasaron casi 2000 años, la voluntad del Espíritu Santo sigue siendo la misma, porque esta exhortación será verdad en una generación que no sabemos cuál será... ¿Podrá ser la nuestra? ¡Recuerda la parábola de las diez vírgenes! (Mateo 25:1-13).

¿Sabías que...?
¡Este pasaje demuestra que la conversión verdadera es una operación en conjunto entre Dios y el creyente en el Señor Jesucristo!

Por un lado, es Dios quien inicia el proceso de conversión en los tesalonicenses, haciéndoles llegar 'la buena noticia del evangelio de la salvación por la fe en Cristo'.

¡La fe que salva es un don de la gracia Dios, y se recibe al instante en que una persona oye el evangelio y cree en el Hijo de Dios! (Romanos 10:8-15, Efesios 2:8).

Por el otro, los tesalonicenses demuestran su conversión, realizando obras (externas) como resultado de esa fe (interna) recibida por la gracia de Dios.

¡La fe, si es verdadera, se demuestra por medio de acciones! (Santiago 2:17).

De ahí que Santiago dice:

'Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta. Pero alguno dirá: Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras' (Santiago 2:17-18).

Y más adelante, Santiago concluye diciendo:

'Vosotros veis que el hombre es justificado por las obras y no solamente por la fe' (Santiago 2:24).

Al leer esto último, podemos llegar a pensar que es chocante y que Santiago, apóstol de Jesucristo, esta predicando 'otro' evangelio; pero no lo es, sino que este es el evangelio de Jesucristo, predicado por los apóstoles y enseñado por Jesús.

Durante mucho tiempo fuimos expuestos a falsas doctrinas de falsos maestros, que enseñan lo contrario: que el hombre es salvo por medio de la 'fe solamente', siendo que la palabra 'solamente' jamás aparece en la Biblia a la derecha de la palabra 'fe'.

Es decir, nunca encontrarás en las Escrituras la frase 'fe solamente'.

La palabra 'solamente' fue agregada deliberadamente por los 'doctores en teología', ignorando impíamente el texto inspirado de Santiago, que dice justamente lo opuesto, 'que el hombre es justificado por las obras y no solamente por la fe'.

¡Quien tiene oídos para oir, que oiga!

Contexto: Santiago 2:1-26

D) Pablo sabe que de Dios eligió a los tesalonicenses

"Sabiendo, hermanos amados de Dios, vuestra elección." (1 Ts. 1:4). 

Sugerencia: para comprender en mayor profundidad lo que Pablo está diciendo en su carta a los tesalonicenses, vuelve a leer las palabras importantes "sabiendo", "amados" y "elección", para afianzar tu conocimiento sobre el significado en griego de cada una de ellas.

Presta atención a lo que sigue, porque contiene una verdad que si la entiendes conforme a las Escrituras, será como una roca firme sobre la cual construirás tu vida y ministerio.

En esta última línea, Pablo concluye su pensamiento en perfecto contexto con lo que viene exponiendo hasta aquí en la introducción de su carta.

El apóstol le dice a los tesalonicenses que él sabe, en el sentido que vió con sus propios ojos físicos la obra poderosa de Dios sobre ellos; y por lo que pudo observar, reconoce (discierne) que, por ser tan amados de Dios, Él los eligió.

D.1. El motivo de la elección de Dios de los tesalonicenses

Ahora bien, ¿por qué los eligió Dios?

Dios los eligió porque los tesalonicenses recibieron la palabra del evangelio, y la obedecieron sin dudar, cuando entendieron que era la palabra de Dios.

Esto lo podemos leer en 1 Tesalonicenses 2:13, que dice:

"Por esto también nosotros sin cesar damos gracias a Dios de que cuando recibieron la palabra de Dios que oyeron de nosotros, la aceptaron (recibieron) no como la palabra de hombres, sino como lo que realmente es, la palabra de Dios, la cual también hace su obra en ustedes los que creen" (1 Tesalonicenses 2:13).

Nota que hace énfasis en que "la palabra de Dios hace su obra en los que creen".

Pablo les está confirmando que esta fue una operación específica de Dios, la cual obró sobrenaturalmente en ellos, por la forma cálida en que recibieron (creyeron) la palabra de Dios, algo que, por ejemplo, no ocurrió de la misma forma en Corinto.

Este pasaje nos confirma que la obediencia –o la disposición de corazón de obedecer– a la palabra de Dios, es un requisito fundamental para obtener sus promesas y vivir en el centro de la voluntad de Dios.

¡Escrito está!
¿Cuál es la voluntad de Dios?

'Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificaciónes decir, que os abstengáis de inmoralidad sexual...' (1 Tesalonicenses 4:3).

D.2. El propósito de la elección de Dios de los tesalonicenses

La otra pregunta, es ¿para qué los eligió Dios?

Dios los eligió para que todos los creyentes de Macedonia y Acaya vieran en los tesalonicenses un ejemplo del poder infinito de transformación que viene de creer en el evangelio y obedecer su palabra.

Esto lo podemos leer en 1 de Tesalonicenses 1:6-7, que dice:

"Y ustedes llegaron a ser imitadores de nosotros y del Señor, habiendo recibido la palabra, en medio de mucha tribulación, con el gozo del Espíritu Santo, de tal manera que llegaron a ser un ejemplo para todos los creyentes en Macedonia y en Acaya. Porque saliendo de ustedes, la palabra del Señor se ha escuchado, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también por todas partes la fe de ustedes en Dios se ha divulgado, de modo que nosotros no tenemos necesidad de decir nada" (1 Ts. 1:6-7).

¡Escrito está!
En 2 Tesalonicences, el apóstol da más detalles de esta transformación:

'Pero nosotros siempre tenemos que dar gracias a Dios por ustedes, hermanos amados por el Señor, porque Dios los ha escogido desde el principio para salvación mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad.' (2 Ts. 2:13).

Entonces, resumiendo:

Cuando el apóstol declara: "porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección', está diciendo que "Dios los eligió de entre todos los creyentes, para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad' (2 Ts. 2:13).

Es decir, los tesalonicenses que creyeron por la fe en la palabra de Dios y dispusieron en su corazón obedecerla, fueron elegidos por Dios para ser santificados por el Espíritu, como ejemplo y testimonio a todos los creyentes de Macedonia y Acaya de lo que significa una conversión completa, operada por el poder del Espíritu de Cristo.

¡Por su fe y obediencia, Dios obró en ellos la santidad irreprensible! (1 Ts. 3:13).

La conversión de los tesalonicences confirma lo que dicen las Escrituras: que Dios concede el poder de Su gracia a los que "se allegan a él de corazón sincero y obediente", como enseña el autor del libro de Hebreos (Hebreos 10:22-23).

¿Sabías que...?
¡La fe y la obediencia atraen la gracia (favor) de Dios para santificación!

Cuando Dios comprobó en los tesalonicenses la fe en la verdad y la obediencia a su palabra, los eligió para santificarlos por el Espíritu y establecerlos como un ejemplo de conversión en toda la región de Macedonia y Acaya, como una demostración a todos los creyentes del poder del evangelio (1 Tesalonicenses 1:7).

Cuando una persona, cree en Cristo, por medio de la fe, sus pecados son perdonados; y cuando es obediente a su palabra, es santificado por el Espíritu Santo, y el poder del pecado es quitado de su vida, para siempre (1 Juan 1:9; 3: 5-9).

En ambos casos, quien salva y santifica, es el Espíritu Santo, por voluntad del Padre (Juan 1:12-13). En el caso de los tesalonicenses, la voluntad de Dios fue salvarlos y santificarlos al instante en que recibieron con tanta calidez la palabra de Dios.

Es muy llamativo que en las dos epístolas, en los mismos capítulos y en los mismos versículos (1 Ts 2:13 y 2 Ts. 2:13), el Espíritu Santo da testimonio de esta obra.

¡Demuestra que el apóstol ciertamente escribió inspirado por Dios!

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