Un ladrillo, emociones controladas, mente condicionada y voluntad quebrantada...
Ladrillos. Están de moda los ladrillos, puedo ver en infinidad de lugares una pared de ladrillos con una demanda escrita.
No importa qué mensaje, todos tienen el mismo fondo ladrillado, sea un mensaje político, ideológico o simplemente una publicidad, todos llevan implícito el "mensaje" de los ladrillos.
En realidad este nuevo estilo de anunciar (y denunciar) surge a partir de la película "The Wall". En ella hay una serie de demandas y una "prédica": estudies, trabajes, hagas lo que hagas, siempre serás un ladrillo más en la pared.
Un ladrillo, emociones controladas, mente condicionada y voluntad quebrantada... Toda ideología, toda filosofía, tiene razón en su demanda; todas dicen la verdad, todas gritan la necesidad y mediocridad del ser humano.
Todas de alguna manera anuncian el fracaso de la humanidad; pero ninguna, absolutamente ninguna, tiene la solución al problema, la historia lo demuestra. Solamente Jesucristo vino a señalar el fracaso de la humanidad y a revertir la situación del individuo.
Un ladrillo es nada más que barro, el hombre es igual. En Edén Dios tomó barro y le dió forma, pero hasta que no sopló de su aliento Divino, el hombre no recibió vida (Génesis 2:7).
Esta es la solución. Que Dios mismo nos dé su Espíritu y podamos tener vida de Dios. La Biblia dice: "El que tiene al Hijo, tiene la vida" (1 Juan 5:12).
Mientras no tengas la Vida de Dios, sos nada más que un ladrillo. Una vez un joven se acercó a Jesús creyendo tener la vida, seguramente pensó: "Soy joven, preparado, tengo una buena vida, no me falta nada".
Sin embargo, Jesús le mostró que no era así; el joven en vez de reconocer, por orgullo, se apartó de Jesús. Estuvo frente a Aquél que dijo: "Yo Soy la Vida", pero como dice la Escritura, "se fue triste". Era rico, educado, sano, joven, pero no había nacido de Dios, seguía siendo un ladrillo.
Hoy Jesús quiere que dejes de ser un ladrillo, quiere encausar tus emociones, iluminar tu mente y liberar tu voluntad. Dios quiere darte vida por medio del Espíritu Santo.
Si vos querés, podés dejar de ser un ladrillo más en la pared...
Armando Vera