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Mario Ian, Luis Barni y Fabián Liendo: Los pastores rockstars

Pastores Rockstars, Mario Ian, Luis Barni, Fabian Liendo, en concierto imaginario.

En los ’80 y los ’90 brillaban sobre un escenario. Fueron verdaderos rockstars que se mantuvieron –y se mantienen aún- vigentes hasta estos días. Cada uno con su estilo y su impronta, con sus particularidades y rarezas, pero los tres con un mismo fin: hablar de su fe a través de sus canciones. El tiempo los hizo crecer, madurar, encontrar otros rumbos, aunque no necesariamente alejados de la música. Aquél mote de “pastor rockero” con que la juventud cristiana de los ’80 había bautizado a Miguel Szuka, el intrépido predicador del Arca de Jesús, se podría decir que se trasladó cual manto de Elías sobre estos Eliseos contemporáneos. Luis Barni, Fabián Liendo y Mario Ian. Tres rockeros, tres frontman que al micrófono de los shows le sumaron el púlpito y hoy se encuentran pastoreando iglesias. ¿Qué los llevó a transitar el camino del pastorado? ¿Lo sienten como una graduación? ¿O es  una extensión de aquél primer llamado con la música? ¿Cómo conviven el rockero y el pastor en un mismo cuerpo? En esta nota, los tres exponentes le cuentan a Visión Joven, en primera persona, lo que los llevó a esta mayúscula responsabilidad.

"Desde que conocí a Jesús, tuve como incorporado el llamado pastoral" Mario Ian.

Existe un modus operandi en quienes vivimos de “hacer preguntas”, especialmente cuando nos topamos con paisajes poco usuales. Entonces, la palabra “motivación” es la primera que aparece en el glosario del preguntón para tratar de entender qué –o quién- puede llevar a un rockstar a convertirse en pastor. Más aún cuando se da la peculiaridad de que ese pastor aún sigue siendo un rockstar.

La figura del “pastor rockero” surge a finales de los años ’80, cuando el predicador Miguel Szuka puso en marcha un proyecto demasiado osado para la época: convertir un boliche en un verdadero santuario del rock cristiano, para que cientos y cientos de jóvenes que pasaran por ahí, conocieran el amor de Jesús. 

Fabián Liendo, más de dos décadas al frente de Kyosko, una de las bandas favoritas de
la juventud argentina.

Miguel Szuka, el primer pastor rockero

Miguel era evangelista, aunque le decían el "Pastor Rockero" porque le gustaba mucho el rock and roll. En aquél tiempo apuntaba a un target específico al que quería llegar con el mensaje de Cristo: la juventud.

En especial, esa juventud que deambulaba por las calles de Haedo cual zombies modernos, buscando un boliche en el cual rockear y pasarla bien.

Y sucedió que muchos de aquellos jóvenes, “por casualidad”, pasaron por El Arca de Jesús, escucharon rock and roll desde la calle, y tras comprobar que la entrada era realmente gratis, se mandaron con todo y cerebro a pasar una gran noche.

Horas después, cuentan los testigos, se los veía salir de allí transformados por el poder de Dios y cantando: “Cuando alláaa, se pase liiistaaa”.

Actualmente Miguel dirige el Comedor Rock & Fe en Rafael Castillo, partido de La Matanza, en donde desempeña tareas pastorales y sociales, coordinando comedores comunitarios y merenderos, que seguramente ampliaremos en próximas notas. 

Pero lo cierto es que en estos últimos años, se dio un fenómeno en una categoría distinta a la de Miguel, que no era de calzar guitarras sobre un escenario, ni ofrecer conciertos en estadios, como estos tres músicos que les presentamos a continuación, quienes paralelamente a su actividad artística, ejercen el rol pastoral en diversas comunidades de Buenos Aires.

Mario Ian (Ian), Luis Barni (Barni) y Fabián Liendo (Kyosko). Tres nombres propios, tres hombres que hicieron su trayectoria a fuerza de un rock con fuerte contenido espiritual, se unieron a esta charla con Visión Joven, que hurgó en sus fueros más íntimos para saber qué los llevó a empuñar la guitarra en una mano y la Biblia en otra.

Mario Ian

Mario Ian toma la punta del ovillo en esta extensa charla. Con sus rulos aún transpirados luego de un set que acababa de protagonizar por internet, se disponía a preparar su próximo sermón. En medio de esa vorágine, nos compartía que “desde que conocí a Jesús, tuve como incorporado el llamado pastoral, que comenzó a fluir en mí naturalmente por la pasión que tengo de predicar a las personas el evangelio desde el primer día. Creo que es el mismo Espíritu evangelizador el que te lleva a querer cuidar lo que sembraste, y es Dios quien lo hace crecer.

Tuve muchas oportunidades en las iglesias para discipular o enseñar, pero quizás por una cuestión cultural o de prejuicios, para ciertas personas no era apto para ese cargo –por decirlo de alguna manera. Pero con el tiempo escuché claramente el llamado de Dios a involucrarme de lleno en esta misión. Me sentí impulsado por el Señor a cuidar de la gente que está sola y errante, sin un lugar en donde congregarse. Tuve que tomar una decisión en la que no habría vuelta atrás. Y lo hice. Obedecer a Dios, fue muy bueno para mi vida espiritual, me hizo crecer en otras dimensiones de responsabilidad y fe que no conocía”.

Me sentí impulsado por el Señor a cuidar de la gente que está sola y errante, sin un lugar en donde congregarse (Mario Ian)

Luis Barni

Luis Barni es el más antiguo de los pastores. Desde su conversión, ya venía con la idea de profundizar en el estudio de la Biblia. “Por consejo de mi pastor, dejé un poco de lado la música para dedicarme a crecer en el conocimiento de la Palabra de Dios. Como él me conocía en mi andar cotidiano, veía más lejos que yo, así que me preparé y esto me llevó a amar, enseñar, cuidar a las personas, y guiarlas a permanecer en la fe, tanto en la prosperidad como en la adversidad”, cuenta Luis.

Si bien Fabián Liendo siempre mostró un corazón pastoral sobre las tablas, pocos pensaban que ese ejercicio se tornaría literal estando al frente de una congregación como la que pastorea en la ciudad de San Martín. Según el líder de Kyosko, no hubo algo, sino alguien que lo llevó a ocupar este rol. 

Esto me llevó a amar, enseñar, cuidar a las personas, y guiarlas a permanecer en la fe (Luis Barni)

Fabián Liendo

“Desde la perspectiva de Dios, Él es el único que puede llevarte por este camino, el del pastorado”, comenta. “La única vocación de un hijo de Dios es pertenecer a Cristo y Él es quien provee los medios para expresar esa pertenencia. Jesús es el camino, no el pastorado. Fuimos llamados a la obediencia. Él es el tesoro.

Tal vez, si se tratara de mi elección, jamás hubiese elegido ser pastor, pero el evangelio no se trata de mí, sino de la perla de infinito valor, que supera el valor de todo lo que este mundo pueda ofrecer, incluido el pastorado, ministerio, música, servicio, y todo lo que puedas imaginar; nada supera el inabarcable valor de Cristo en nosotros. Él es la plenitud de aquel que todo lo llena en todo. Nada nos complace más que Él” –concluye Fabián.

El evangelio no se trata de mí, sino de la perla de infinito valor, que supera el valor de todo lo que este mundo pueda ofrecer (Fabián Liendo)

El llamado tiene que ser claro

"Más allá del conocimiento teológico, tiene que estar la pasión", dice Mario.

Sabido es, que ser pastor, no es ejercer una profesión como cualquier otra. Es más, ni siquiera se la podría considerar una profesión ya que no existe el “pastor profesional”. El pastorado significa pagar precios que pocos están dispuestos a hacer. El llamado tiene que ser claro en ese sentido, y Mario así también lo entiende. 

“Más allá del conocimiento teológico, tiene que estar la pasión, el compromiso y sobre todo, la compasión. Eso conlleva pasar por experiencias dolorosas y pagar precios. Los galardones en la vida natural no te los regala nadie y en lo espiritual tampoco. Son muchas batallas, muchas renuncias. Hay iglesias que levantan pastores de título, por la necesidad de cubrir puestos para atender a la gente o por afinidad humana, pero el verdadero ministerio pastoral necesita embarrarse hasta los dientes para aprender a cuidar y administrar lo que Dios te encomendó: apacentar sus ovejas”. 

La definición de Mario es categórica; me hizo recordar a Jesús, preguntándole a Pedro: "¿Pedro, me amas?" A lo que Pedro, entristecido ya por ser la tercera vez, le respondió diciendo: “Señor, tú sabes todas las cosas, tú sabes que te amo”. Y el Señor, tal vez para que nunca lo olvide, le dijo por tercera vez: “Entonces, apacienta mis ovejas”

Más allá del conocimiento teológico, tiene que estar la pasión, el compromiso y sobre todo, la compasión (Mario Ian)

¿Ser pastor es como una graduación? 

Kyosko, a pleno. Ezequiel Bisio, Hernán Drisner, Esteban Kubista y Lucas Leyes, como cuidando las espaldas de Fabián Liendo.

Pero sigamos indagando en la comprensión de la misión pastoral, porque seguramente vos, como lector de Visión Joven, querrás saber cómo piensa un pastor rockero. Así que, haciendo uso de mi debilidad como preguntador serial, apunto y disparo: ¿Ser pastor se puede entender como una graduación? 

Fabián, levantando la vista y mirando alrededor como si hubiera oído un insulto, dice categóricamente “no, de ninguna manera, independientemente de cómo uno lo sienta, simplemente no es una graduación. El pastorado no es una jerarquía, es una función. Los vínculos fraternos en la Iglesia de Cristo son horizontales, no piramidales, considerando siempre digno de mayor honor a tu hermano. El pastor es un colaborador  del gobierno divino y su ciudadanía no es de este mundo. Dios levantó a Su Hijo como cabeza de Su Iglesia, la cual Él compró con Su sangre en la cruz del Calvario, y nosotros somos Su cuerpo”.

El pastorado no es una jerarquía, es una función (fabián Liendo)

Luis Barni

El pastor debiera perder protagonismo

Reforzando el concepto de que en el pastorado, el pastor debiera perder protagonismo para empujar al otro (y no al revés), Luis Barni se muestra satisfecho de poder tener la oportunidad de ayudar a otros a crecer.

“Tengo pasión por ver el desarrollo de los dones y ministerios en la vida de las personas, ayudándoles a crecer con el crecimiento que sólo Dios puede dar”, cuenta, mientras arremete contra unas exquisiteces en un café de Buenos Aires.

Barni pertenece a esa categoría de pastores que, además de servir en la iglesia, trabajan como cualquiera para conseguir su sustento, lo cual evidencia la veracidad de su pasión por sostener, orientar y guiar al otro, sin pedir ni recibir nada a cambio.

Tengo pasión por ver el desarrollo de los dones y ministerios en la vida de las personas (Luis Barni)


¿Cómo conviven un pastor y un rockero en un mismo cuerpo?

Luis Barni, Guerrero

Fabian Liendo, Si Fueses Levantado

Mario Ian, Brotando en las flores

La pasión musical de nuestros tres invitados también sigue vigente. No sabemos bien si músico se nace o se hace, pero lo cierto es que las melodías acompañarán a estos tres íconos hasta el fin de sus días y por la eternidad. Entonces, la pregunta parece inevitable: ¿cómo conviven un pastor y un rockero en un mismo cuerpo?

Las risas se apoderaron de los tres, y cada uno, desde sus propios amplificadores, hicieron sonar sus respuestas. “Perfectamente bien; trabajan en equipo porque saben que deberán dar cuenta por lo que se les ha dado para que desarrollen y multipliquen”, comienza a puntear Barni, con su característicos riffs.

Mario entra con su voluminosa voz estridente, arremetiendo con un coro, que dice “tanto una persona como la otra son una sola herramienta para servir a Dios. Las dos pastorean y  las dos generan arte. Soy una sola persona, que sirvo a Dios por amor, con las mismas fuerzas, con la misma pasión”, sostiene Ian, fundiéndose en la estrofa

En eso se hace un silencio, que hasta los grillos callaron en adoración, mientras se escucha in crescendo la voz melódica de Fabián, diciendo “Lo que anhelo y siempre anhelé expresar con la música es a Cristo”. Y agregó “lo mismo que en el pastorado, como en cada palabra y acción, fuimos creados para ser un culto racional a Dios. Pablo decía: ‘todo lo que hagan, háganlo para la Gloria de Dios’. Puede haber muchas expresiones en mi vida, pero muero cada día para que todas muestren a Cristo. Es como cuando ponés un saquito de té en un vaso de agua caliente; una vez que se unen no se pueden separar, ahora son una misma sustancia. No se puede separar lo que Dios ya consumó, al reunir todas las cosas en su Hijo. Él es el todo en todos”.

Un poeta.

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