La tan ansiada unidad de los músicos cristianos fue un sueño que muchos artistas tuvieron en los ’80 y en los ‘90, años en los que comenzaron a andar por un camino en el que convergen el arte y el mensaje de Cristo. Pero lo cierto es que tanto trabajo, dedicación y tiempo invertido, ha comenzado a dar sus frutos. Hace poco tiempo, dos jóvenes músicos argentinos convocaron a varios de estos próceres de la música cristiana contemporánea, a participar de sus respectivos proyectos, haciendo propia la visión de unidad de quienes supieron pisar los escenarios tres décadas atrás: Julio Guez, con “En el reino” (versión en español de la canción “In the Kingdom”, de Whitecross), y Jona Ríspoli, con “Love” (canción de Petra que también tuvo su cover en nuestro idioma).
Julio Guez y Jona Ríspoli, dos músicos que cultivan el bajo perfil, pero que hicieron mucho ruido en los últimos meses, nos hablan desde lo profundo sobre un tema del que siempre se habla, pero poco se practica: la unidad.
Allá lejos y hace tiempo, existió “Unidos”. Se trataba de una agrupación de cantantes que en ese tiempo, eran los referentes dentro del ámbito de la música cristiana contemporánea. Lo integraban Enrique Gómez, Adrián Juniors, Pueblo de Dios, Andrea Francisco, Pablo Bedrossian y una decena de voces que tuvieron su punto más alto cuando realizaron ese memorable concierto en el ex Estadio Obras, con instalaciones colmadas para presenciar un espectáculo nunca antes visto en el circuito cristiano.
Muchas historias se entretejieron y risueñas anécdotas andan dando vueltas por ahí, sobre aquél gran evento que mostró un testimonio de unidad, en un ambiente donde si se baja la guardia, comienza a gobernar el individualismo.
La búsqueda de la unidad no es algo nuevo. Tampoco es un ideal trazado por un librepensador al que un día se le ocurrió que estaría bueno juntarse con alguien para proyectar algo. La unidad es, ni más ni menos, el deseo de Dios para con sus hijos. El concepto de “cuerpo” que esgrimió Jesús en sus enseñanzas, y que luego fomentó San Pablo a través de varios de sus escritos, cobra sentido cuando la palabra “unidad” interviene en la ecuación. Un cuerpo, para que funcione, no debería estar desmembrado. Es necesaria la unidad de los miembros a través de las coyunturas para que éste se convierta en un organismo con autonomía.
La unidad es, ni más ni menos, el deseo de Dios.
La música, se sabe, no es un condimento más en la vida del cristiano. Es parte fundamental de la liturgia, de la adoración y también del testimonio, ya que a través de este arte se ha llegado a millones de personas por primera vez con el mensaje del Evangelio. Por eso, quienes componen este núcleo artístico, dado su grado de exposición, tienen la imperiosa necesidad de, no sólo parecer unidos, sino también demostrarlo.
El escenario en el cual nos ponen Julio Guez y Jona Ríspoli con sus recientes trabajos, nos ubica ante un saludable panorama: músicos que dejan sus quehaceres cotidianos para sumarse a un proyecto de unidad y con un mensaje claro, en el que se ponen a la par del resto, donde nadie mira la trayectoria de nadie, en especial aquellos que ya llevan sus décadas en las tablas y accedieron a la convocatoria de jóvenes músicos que recién se están mostrando.
Visión Joven mantuvo un extenso diálogo con ambos. A la imposibilidad de hacer un cara a cara, sentados cómodamente en la redacción –como en otras épocas-, la vía virtual se convirtió en nuestra principal cómplice para sacarle jugosos conceptos a ambos músicos, que comenzaron la charla contando sus motivaciones.
Su Reino está Viniendo
“En el caso de ‘En El Reino’, la máxima motivación fue anunciar, así como lo dice su coro, que ‘Su Reino está viniendo’. Fue una muy fuerte convicción que atravesó mi corazón allá en 2017, cuando ya empezaba a imaginar la idea de doblar esta canción al español”, comentaba Julio Guez, agregando que “la unidad en Espíritu fue el otro motor de este proyecto. En otras palabras: a través de la unidad, anunciamos Su Venida. Y este no es un dato menor, porque lanzamos la producción pocos meses antes de que el mundo, tal como lo conocíamos, cambiara”.
A través de la unidad, anunciamos Su Venida
Jona Ríspoli, por su parte, pone en relieve el nuevo mundo en el que vivimos, para darle marco a un proyecto que inició con su banda, pero que terminó reuniendo a una veintena de músicos de toda Latinoamérica: “El mundo está inmerso en una situación de vulnerabilidad por causa de la pandemia provocada por el covid-19, sin un panorama claro, con un futuro más incierto que lo de costumbre, con muchas preguntas sin respuestas, y mucho miedo a la muerte, al contagio, al aislamiento, a la soledad, y a no poder suplir las necesidades básicas para sobrevivir.
Como cristianos, tenemos la responsabilidad de ser luz ante tanta oscuridad, de traer a la conciencia el poder del amor de Dios y fortalecernos en la fe para atravesar una situación tan compleja; y sobre todo anunciar al mundo el mensaje que dividió la historia de la humanidad en un antes y un después, y el mensaje es este: que Jesús se dio a sí mismo por amor a todos los hombres, para salvarlos (Juan 3:16). Todo ese cúmulo de cosas me impulsaron a realizar este cover "AMOR" (LOVE, de la legendaria banda Petra) que es un verdadero himno para nosotros”, resalta el cantante de Pacto Perpetuo.
Entre certezas e incertidumbres
Todo proyecto nuevo, en especial cuando requiere la participación de muchas personas, genera sus miedos e incertidumbres. Si bien Julio Guez es terminante con respecto a su falta de temor a transitar este camino, dejó entrever que existió esa lógica falta de certeza al tener que depender de las respuestas de otros. “Sabía que Dios llevaba el control de todo, aún pensando que era una locura, pero sí, tenía la incertidumbre de convocar y que no todos entendieran la importancia del proyecto y a lo que apuntaba”.
Sabía que Dios llevaba el control de todo, aún pensando que era una locura
Ríspoli, por su lado, hace énfasis en cuestiones más materiales, si se quiere. “Para empezar, los recursos limitados con los que uno cuenta, desde lo económico, hasta el equipamiento para lograr un resultado decente y respetable, a fin de poder ser luz, no sólo con el mensaje, sino también en cómo uno lo presenta, porque creo que el contenido es tan importante como el envoltorio", –resalta Jona.
Sin embargo, el desafío de hacer algo grande y en condiciones poco normales, le causó cierta aprensión, que se disipó cuando las respuestas positivas a su convocatoria comenzaron a sucederse.
“Como banda, nunca habíamos abordado algo de este tamaño, y menos en una situación de aislamiento. La coordinación no fue simple. Hay que recordar que la cuarentena modificó la rutina de todos. Cada músico tuvo que reacomodarse a esta nueva realidad y a la vez responder al proyecto de manera profesional. Por último, pero no menos importante, los músicos debían solidarizarse con el proyecto sabiendo que nosotros no eramos una banda de renombre y que no habría ninguna retribución económica”, recuerda Jona.
Una palmadita en la espalda
Rex Carroll, guitarrista de Whitecross Scott Wenzel, cantante de Whitecross
Precisamente, lo osado de ambos proyectos tenía que ver también con la convocatoria de algunos músicos de grueso calibre, de aquellos históricos que dejaron una imborrable huella en el mundo del rock, como Rex Carroll y Scott Wenzel de Whitecross. Julio no sale de su asombro cuando recuerda la última vuelta de tuerca que tuvo “In the Kingdom” cuando el propio Rex quiso meter sus violas en un fragmento. “Realmente no cabían dudas que Dios estaba en el asunto”, relata con sus ojos a punto de estallar, “hasta llegar al asombro total cuando nos informaron de la participación de otros de los integrantes de Whitecross, el cantante Scott Wenzel, y el destacado productor David Santos”. En ese momento, desistimos de preguntarle más detalles porque a esa altura, los pañuelos no nos alcanzarían, así que Jona aprovechó a interrumpir y contar que “lo tomé como una palmadita en la espalda por parte del Señor, para seguir avanzando con más confianza, como confirmación de que esto venía de Él y estaba aparejando todo. Me emocionó ver el espíritu de servicio que sigue vivo en las personas y el amor por el Reino de Dios para llevar luz a donde no la hay. Y me sorprendió muchísimo la buena predisposición de cada artista convocado y el hecho de que todos compartimos las mismas ganas de hacer las cosas bien. Humildemente, creo yo, que si hay una actitud proactiva, con una propuesta y un plan de trabajo mínimamente claro, las personas se acoplan con mucho gusto”.
Me emocionó ver el espíritu de servicio que sigue vivo en las personas y el amor por el Reino de Dios para llevar luz a donde no la hay
La unidad: ¿un sueño posible o una gran utopía?
Aquí entramos en terrenos más sensibles. La unidad, si bien es un gran sueño –y un mandato del Señor–, a veces se convierte en utopía, porque empieza a aflorar lo peor del ser humano. No obstante, Jona y Julio, ambos integrantes de OMCA (Organización de Músicos Cristianos de Argentina), se propusieron establecer nuevos paradigmas e ir en pos de una verdadera unidad. Pero, ¿es posible?
“Sin lugar a dudas”, dispara Julio casi sin pensarlo. “Hay antiguas barreras que día a día van desapareciendo, gracias a proyectos como este y otros que irán surgiendo, inspirados en parte por la iniciativa de OMCA, organización de la cual tengo el honor de pertenecer”.
“Yo también lo creo”, agrega Jona. “Lo que considero necesario es madurar en lo que entendemos como unidad. Muchas veces suponemos que la unidad es no tener diferencias y pensar todos igual. Honestamente creo que ahí hay un error muy significativo, porque si alguien piensa distinto o es diferente, queda excluido.
Creo que la unidad consiste en reconocer y aceptar las diferencias. Debemos aprovechar las diferencias para construir en un mismo Espíritu y misión: que el nombre de Jesús brille, que Sus obras sean anunciadas y que nos amemos unos a otros como Él nos amó, aún con nuestras diferencias, recordando que somos hijos de un mismo Padre y que como familia debemos cuidarnos.
Julio tituló su proyecto "En el Reino", y por medio de OMCA, organización que fue creada casi al mismo tiempo, conoció a varios músicos que luego participaron también en "Love". "Así fuimos construyendo la unidad", sostiene. "Desde el día a día la unidad parece ser un proceso lento, pero cuando uno mira hacia atrás, y observa el camino recorrido, se percibe el crecimiento”.
Debemos aprovechar las diferencias para construir en un mismo Espíritu y misión: que el nombre de Jesús brille, que Sus obras sean anunciadas y que nos amemos unos a otros como Él nos amó
El día después…
“Creo que seguirán sumándose grandes y mejores proyectos a futuro, como lo fue la canción “Más unidos que nunca”, de OMCA, y “Love”, que nos regaló el talentoso Jona, acompañado por los grandes de la música nacional e internacional (¡Felicitaciones Jony!)”, dice Julio, al reflexionar sobre las cosas positivas que está dejando esta pandemia y cómo serán las cosas cuando todo pase.
Aquí Jona encuentra un punto de coincidencia con lo expresado por Julio, esperanzado en que esto continúe y que no sea un hito aislado en la historia del movimiento musical cristiano: “Creo que habrán otros proyectos, y serán mejores. Todo depende de que cada uno responda positivamente a lo que el Señor está pidiendo. Creo que, como dice la Biblia, Dios da el crecimiento, pero hay personas que deben sembrar y otras regar. Es común oír: ‘tendrían que...’, o ‘alguien debería...’, etc. Pero pocas veces entendemos que si Dios nos permite identificar una necesidad es muy probable que quiera usarnos para ser parte de la respuesta a esa necesidad”.
¿Y con la pandemia, qué onda?
“La pandemia nos sensibilizó a todos, pero si a causa de ella nos acercamos más a Dios, estoy seguro que cuando finalice, los frutos de ese acercamiento continuarán fluyendo y desarrollándose en nuestra vida espiritual. Depende de las motivaciones y de la actitud de cada uno. Lo bueno es que cada mañana Dios renueva Su misericordia con cada uno de nosotros y con ella la oportunidad de acercarnos más a Jesús, sean cuales fueren las circunstancias”, finaliza Jona.
“Siempre me gustó encontrar el lado bueno a todas las cosas; de hecho, en el 2018, en pleno desarrollo del proyecto, sufrí un gran dolor personal y pensé, 'más allá del dolor, se que algo bueno va a venir de todo esto... Dios, vos nunca nos vas a desamparar’. Y creo que esto mismo sucederá de aquí en adelante. No sabemos cómo seguirá el mundo después de la pandemia, pero Dios jamás nos abandonará; y también creo que algo nuevo nacerá en todos nosotros. Es tiempo de mirar al otro, es tiempo de valorar a nuestros seres queridos, de dejar de quejarnos y comenzar a dar gracias, y sobre todo, es tiempo de mostrar el amor de Dios (como nos refleja ‘Love’) y de anunciar que Su Reino está viniendo”, concluyó Julio.